Este 2022 ha sido otro año duro, difícil, repleto de retos y obstáculos. De miedos, frustraciones, tristeza, impotencia, horrores, pero también de esperanza, de resistir contra todo pronóstico, de intentar hacer posible lo imposible…
Un año de añoranzas y pesares, con grandes derrotas, pero… A pesar de ello, de hacer lo que siempre hace uno cuando se cae: Levantarse, alzar la mirada con más coraje y dar nuevos pasos hacia adelante. Hacia el único camino posible.
De crear y hacer magia donde solo había vacío. De conseguir convertir aquello que nos destruye en una fortaleza, en una oportunidad. En una herramienta para curarnos y, quien sabe, incluso, conseguir conmover e inspirar a los demás.
Quiero desearos a todos algo que pienso a lo largo de todo el año, pero que, como marca la tradición, recalco en estas fechas siempre: Cuidaros mucho y disfrutad de estas fiestas con vuestra gente. Si algo nos está recordando la vida en estos últimos años es lo efímera que es. Lo efímeros que son los momentos que marcan la diferencia. ¡Disfrutadlos y no dejéis de luchar por vosotros!