Esta semana es muy especial para mi, ya que el pasado 11 de julio se cumplieron cinco años desde que lancé oficialmente el proyecto de La marca de Odín y publiqué la primera entrega de esta saga transmedia, La marca de Odín: El despertar. Han sido cinco años muy intensos en los que el proyecto ha atravesado diferentes etapas, pero siempre creciendo, más rápido o más lento, pero siempre creciendo.
Para mi este tiempo ha sido un gran camino de aprendizaje, en el que no he dejado de formarme y mejorar. Aprendiendo qué funcionaba y qué no con el sistema de prueba y error. Todo ello teniendo en cuenta que es un proyecto independiente y que en muchas áreas solo cuento con mis habilidades, recursos y tiempo para poder llevarlas a cabo. Evidentemente, habría sido ideal poder romper y tener éxito masivo en el primer día, pero entonces no habría tenido esta curva de aprendizaje que me ha hecho madurar y mejorar tanto como persona y profesional.
Este quinto año inaugura un nuevo ciclo de actividad en el que he apretado el acelerador como ya he comentado anteriormente. Van a ser unos meses muy intensos entre terminar el segundo libro, El camino a Valhalla, supervisar la traducción de El despertar al inglés, y el desarrollo de la nueva versión de la plataforma online y app para dispositivos móviles. Todo ello sumado me hace creer firmemente que cuando llegue el sexto aniversario podremos celebrar haber alcanzado cotas que hasta ahora solo podemos imaginar en sueños.
No puedo terminar sin acordarme de todos los lectores, fans y gente que no ha dejado de apoyarme durante estos años. Son ellos los principales culpables de que siga al pie del cañón creyendo que el horizonte es infinito y que todo está conectado.
No os perdáis la carta que escribí a mis lectores en La marca de Odín.